COMO SUCEDIÓ...
Intentare describir lo que sucedió aquella noche...
No había faroles, no había calles, gente ni risas.
Solo llantos y eran los de aquella arboleda que me rodeaba.
Quería llegar rápidamente al sitio de mi estadía.
Hace dos horas había decidido salir con mis amigos a compartir en el río que se encontraba cerca de la casa de Marta.
De repente sentimos que el río empezó a crecer; ya el agua traía ramas, furia, la corriente trato de arrastrar a Marta pero afortunadamente la logramos sostener, sin embargo el río crecía más. Corrí detrás de Orlando y Mónica entre las ramas de aquel bosque, pero a medida que los seguía las ramas eran más difíciles de cruzar, así fue que se perdieron de mi vista.
Mi miedo me hizo pensar en que lo mejor, era devolverme un poco, así que con cuidado busque el regreso al sitio del río.
Cuando llegue el río me saludaba con sonidos fúnebres, sonidos de fuerza y silencio. Me di cuenta de que ese no era el lugar en donde estábamos antes.
La noche había llegado.
Mi corazón empezó a temblar, mis pensamientos me hicieron maldecir aquellas vacaciones.
“¡Elías!”
El grito me dejo paralizado, no logre reconocer aquella voz, además tampoco escuche pasos cerca; debía voltear, así que agachándome un poco agarre una piedra di vuelta con valentía y no había nadie, solo unos pinos húmedos que me hicieron ver como la lluvia empezaba a alimentar la fauna y a matar mis esperanzas.
Seguí caminando, con mi tacto, ya que la vista en esas ocasiones de oscuridad falla; el suelo era más difícil de caminar. Pronto todo se volvía barro.
¡Elías!
Otra vez aquella voz, sabía mi nombre, grite:
¿quién es?
¡Soy yo, Elías!
Reconocí mi voz, La respuesta me impresiono de tal manera que caí en un árbol, vi como la figura de mi propio cuerpo se acercaba, se encontraba asustado con ansias de tocarme; me di cuenta de que era yo tratando de reconocerme en aquel momento. Logro llegar a mí y...
Hoy en día sé que solo en los momentos difíciles logras reconocer a las personas y te reconoces a ti mismo.
Fin.
Roberto Andres Lozano